El Baloncesto en Colmenar Viejo vive un momento de crecimiento y consolidación, con equipos en todas las categorías y una fuerte apuesta por el baloncesto femenino. Su presidente y entrenador, Alejandro Nogales Acedo, destaca el papel de la base como pilar del proyecto y reconoce que el principal reto sigue siendo la falta de instalaciones.
RB. El Club Baloncesto Colmenar Viejo afronta un momento de expansión en todas sus categorías, con más de 40 jugadores en lista de espera, con 130 jugadoras y once equipos femeninos federados. Su presidente y entrenador del senior A femenino, Alejandro Nogales Acedo, explica los retos de un club que crece cada año gracias a la pasión de sus jugadores y al apoyo constante de las familias.
El club afronta el futuro con ilusión, a la espera de la nueva Ciudad Deportiva prevista para 2029. En sus palabras, “el Baloncesto Colmenar Viejo es una escuela deportiva dedicada a la promoción del deporte entre niños y niñas del municipio”.
El reto de crecer sin espacio
Alejandro Nogales Acedo lleva años impulsando el Baloncesto Colmenar Viejo desde dentro y fuera de la pista. Entrenador y presidente, resume con naturalidad el mayor logro de la entidad: “El momento en que tengamos equipos en todas las categorías y seamos un referente a nivel de la sierra”.
El club ha alcanzado su máxima capacidad en el pabellón de la Ciudad Deportiva Juan Antonio Samaranch, donde entrena todos los días. “Disponemos prácticamente de la instalación entera, pero no nos llega para todos los equipos”, reconoce. La falta de espacio limita el crecimiento: “Tenemos una lista de espera ahora mismo de unos 40 o 50 solicitantes”.
Aun así, el proyecto avanza con fuerza. El Ayuntamiento concede una subvención de unos 34.000 euros anuales, pero “no tenemos ningún patrocinador”. Esa carencia no frena la ilusión: el club sigue formando jugadores y llenando las gradas con familias que viven el baloncesto con entusiasmo.
La base como motor del club
Para Nogales, el secreto está en el trabajo desde abajo. “Para que el club funcione tiene que ser una pirámide, por lo tanto la base es lo más importante”. La escuela y los equipos de formación son el corazón de una entidad que apuesta por educar en valores.
El deporte base, muy arraigado en Colmenar Viejo, ha encontrado en el baloncesto una vía para crecer. “Sin esa base, ni a nivel económico ni deportivo es viable”, afirma el entrenador, convencido de que el futuro del club pasa por seguir formando generaciones de jugadores locales.
Uno de sus mayores orgullos es la jugadora Sara Okeke, formada en el club y hoy en Estados Unidos. “Fue quinteto ideal del Mundial Junior y, en principio, debería ser profesional”, dice Nogales con satisfacción contenida.
Igualdad y futuro
El impulso del baloncesto femenino es otro de los logros que Nogales destaca con orgullo. “Tenemos en todas las edades, desde benjamín hasta senior. Este año contamos con 11 equipos y unas 130 jugadoras federadas”, detalla. Aunque todavía hay más equipos masculinos, el crecimiento de la participación femenina es constante.
En cuanto al futuro, el horizonte se sitúa en torno a 2029 o 2030, cuando está prevista la nueva Ciudad Deportiva que proyecta el Ayuntamiento. “Resolvería el problema que tenemos no solo nosotros, sino también otros clubes de deportes de sala”, comenta esperanzado.
Mientras llega esa nueva etapa, el club sigue apoyándose en su gente. “La relación con las familias es muy cercana; tiene que haber comunicación constante entre club, padres y entrenadores”, subraya Nogales.
Más allá del marcador, el sentimiento de pertenencia es lo que sostiene al equipo. “El Baloncesto Colmenar Viejo es una escuela deportiva dedicada a la promoción del deporte entre niños y niñas de la localidad”, resume el técnico.
