ColmenarAlDía

Opinión || A propósito del Colegio Isabel la Católica

Foto, Diego Pedrosa

Fernando Colmenarejo García, arqueólogo

Juan Torres, director de este diario digital, solicita mi opinión sobre la polémica generada a raíz de la denuncia presentada ante la Fiscalía por el grupo político Ganemos Colmenar y la Asociación de Vecinos por Colmenar, además de la mía, ante el proyecto del Ayuntamiento de Colmenar Viejo sobre la posible demolición del Colegio Isabel la Católica para levantar en su lugar un aparcamiento y un centro de Mayores. Como digo, voy a exponer sencillamente mi valoración sobre dicha situación con una sugerencia final.

Cuando comenzaron a airearse los posibles cierres de este colegio, en 2014, a partir de las plataformas y movimientos sociales, no presté la atención debida, pensando que la baja matrícula registrada en el Colegio Isabel la Católica, sería asumida por los colegios más próximos, y que sus instalaciones se amortizarían para tantas necesidades educativas, culturales y sociales de esta población. Así, de alguna manera, el colegio permanecería en su lugar, testigo de una importante historia educativa, que recojo en una publicación que verá la luz el próximo mes de octubre.

Las manos a la cabeza

Ahora bien, cuando me informaron sobre la demolición del colegio para levantar en su lugar un complejo para personas mayores (cuyo proyecto desconozco, y que me parece bien que se realicen políticas de este tipo) me llevé las manos a la cabeza, abrumado por la destrucción del patrimonio histórico del casco antiguo de la localidad, ya de por sí sumamente deteriorado.

Nunca he entendido cómo no se ha recogido en los diferentes Catálogos de Planes Generales de Ordenación Urbana de Colmenar Viejo la protección de este colegio, máxime cuando en los archivos municipales (bien es cierto que están algo dispersos), y en concreto en sus expedientes relativos a Educación, se aportan datos aproximados sobre la fecha de su construcción. Por ello, fue necesario revisar la documentación del Archivo General de la Administración, donde se custodian este tipo de expedientes.

El expediente del Colegio Isabel la Católica es muy completo, aportándonos la fecha de su proyecto, agosto de 1935, firmado por el arquitecto Casimiro Lanaja Bel. Proyecto desarrollado a iniciativa del Ayuntamiento de Colmenar Viejo con aportación del Estado.

Estructura sólida y funcional

Casimiro Lanaja se ajustó a las necesidades del plano topográfico del terreno, junto a la iglesia parroquial, de ahí su forma de L, dotándolo de una estructura sólida y funcional, entendiendo que la piedra granítica, de las entrañas de esta tierra, constituiría la parte esencial de sus fachadas. La recepción de las obras tuvo lugar en marzo de 1940, de manera que el colegio “salvó”, en parte, la falta de espacios escolares durante los primeros años de la posguerra, dada la mala situación que presentaban los otros dos grupos escolares, Soledad Sainz y Carlos Martín Álvarez (Tirso de Molina) al haberse utilizado sus instalaciones por los militares durante la guerra civil.

El boceto histórico anterior lo he recalcado para demostrar la fecha de la construcción, las características de la arquitectura y el nombre del arquitecto que lo proyectó, muy reconocido en Aragón, y que nos hermana con varios pueblos rurales de dicha Comunidad Autónoma.

Mejorar la comunicación

Ahora bien, la crispación por la demolición del colegio viene, en mi opinión, por el hecho de contravenir la Ley 3/2013 de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, al establecer en su Disposición Tercera la protección de ciertos inmuebles “singulares”, como los colegios,  construidos con anterioridad a 1950. La fecha ya se ha visto que afecta a este colegio, y en cuanto a su “singularidad”, como algo excepcional, ya he aportado algunas claves como inmueble destacado en la historia educativa, levantado en el centro histórico de la localidad.

Por ello, espero que el proyecto, tan necesario para las personas mayores, se construya en un espacio adecuado, sin necesidad de demoler este colegio histórico. También apelo a la necesidad de mejorar la comunicación entre el equipo de gobierno local y la oposición, incluyendo al resto del tejido asociativo. No debemos seguir erosionando la palabra, un mal endémico que limita el razonamiento para alcanzar consensos y construir políticas efectivas y respetuosas con el legado patrimonial.

Colmenar Viejo, septiembre de 2025

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